martes, 30 de noviembre de 2010

El Clásico

El pasado lunes se jugó el "partido del siglo", no voy a hablar del resultado, ni de quién jugó mejor, me interesan otros aspectos del partido.








Cada 2 fines de semana voy a ver al mi equipo al campo, a unos cuantos asientos a mi izquierda se sientan un hombre de unos 40 años con su hijo de 10 años. Cada 2 fines de semana veo y oigo como ese hombre le grita al árbitro del partido: ¡Arbitro, eres un hijo de p...!, y veo y oigo como ese niño repite lo que su padre ha hecho. Y tampoco voy a negarlo, yo también le grito ese tipo de cosas al árbitro, yo y el resto de gente que está en el campo viendo el fútbol. Luego decimos que educar no es sólo responsabilidad de los profesores y los padres, si no también del resto de la sociedad. Cada 2 fines de semana lo compruebo.

Me imagino a un niño cualquiera, que asistió al partido en el Camp Nou, llegando al día siguiente a clase.
-Profesor: Hola Juan, ¿qué tal el fin de semana?
-Juan: Bien, fui a ver el partido del Barça contra el Madrid.
-Profesor: Que bien, ¿te gustó?
-Juan: ¡Si,  le dije hijo de p... al árbitro!

¿Qué podemos hacer ante esta situación? Como profesores de educación física hemos de promover el deporte entre nuestro alumnos, hemos de transmitirles sus valores: compañerismo, respeto, saber ganar/perder, esfuerzo, sacrificio, etc.¿De qué nos sirve estar toda la semana inculcando este tipo de cosas a nuestro alumnos, cuando en apenas 2h el fin de semana se van a olvidar completamente? La sociedad no parece querer ayudarnos a educar a los futuros individuos, incluso a veces parece que los padres tampoco quieren, además muchas de las estrellas del deporte parece que tampoco nos hacen ningún favor ya que sus actitudes no son las que más se identifican con los valores antes mencionados. ¿Estamos luchando pues en una batalla ya perdida de antemano? Esperemos que no, que cada día más gente se de cuenta de lo que está haciendo, de que deben cambiar, esperemos que llegue un día en que un hombre pueda ir a ver el fútbol con su hijo sin ningún tipo de preocupación.

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